Antes de nada, el equipo de Scoremagacine quiere agradecerte el tiempo invertido en participar en esta entrevista.
Nos gustaría comenzar hablando de tus comienzos dentro de la música, y en particular de la música de cine...
Mi primer instrumento fue el piano. Mi madre, que fue cantante de jazz en diferentes clubs durante la década de los cuarenta en Los Ángeles, me animó a ello.
Después formaría parte del grupo de teatro de la escuela. Quería ser actor o director, pero cuando ellos descubrieron que podía tocar el piano, rapidamente me ofrecieron hacer la música de todos sus espectáculos, y a dirigir y escribir sus musicales. Fue así como me introduje en el mundo de la composición musical dramática. Aunque también tuvo su influencia "The Threepenny Opera" de Kurt Weill y Bertolt Brecht, que me mostró el poder de la música escénica. Una vez en ese punto de influencia, el paso a la música de cine fue sencillo.
Como nos decías, en aquellos tiempos fuiste un músico de teatro, así como director del “Los Angeles Free Shakespeare Festival” y el “Inner City Cultural Center”. ¿Qué puedes contarnos de aquellos tiempos? ¿Qué influencias musicales recibiste? ¿Es posible acceder a ese material actualmente?
Esa música nunca fue grabada, pero probablemente en un futuro revisite aquellos trabajos, con posibilidad de llevar a cabo alguna grabación o recopilatorio. Estilisticamente, como te comentaba antes, todo cambió tras escuchar a Kurt Weill. Él es aún mi mayor influencia, todo un heroe para mí. Otra gran influencia para mí, debido a mi formación escolar, fue el R&B y el Gospel.
Has trabajado para diferentes medios: teatro, televisión, cine, por eso es obligado preguntarte por las diferencias que has encontrado entre ellos, y por aquel en el que te sueles sentir más a gusto.
¡Oh! Para mí eso sería como tener que elegir entre uno de tus hijos cual es el favorito. Cierto que es un comparación un tanto exagerada, pero es lo que siento. En realidad, todos me presentan retos específicos continuamente, pero cuando puedes escribir sin limites y encasillamientos, la alegría para cualquier compositor es inmensa. El mayor problema de la música para TV y las películas es que hay demasiados "cocineros" tomando decisiones creativas, cuando es mejor dejar que estas las tomen el compositor y el director. En el teatro, tú tienes mayor libertad pero es un trabajo muy prolongado, y economicamente no compensa.
¿Cual es tú opinión sobre los nuevos medios que tienen los compositores para componer su música? Hablamos de los juegos para ordenador y videoconsolas. Cada día tienen más aficionados, y las productoras cada vez invierten más dinero en coros y orquestas. De hecho, compositores tan famosos como Michael Giacchino o Howard Shore han trabajado en este campo también.
Un día todo contenido será sólo eso: un contenido. El contenido artístico se moverá de un sistema a otro, transformándose en una "caja" única que permita intercambiar las piezas. Actualmente, ya está pasando. Mi consejo, es que cada uno tiene que preocuparse de escribir la música adecuada para el proyecto. El medio para el que escribas importará cada vez menos.
Uno de los aspectos más interesantes de tú biografía, es tú relación con el legendario Henry Mancini, al que tuviste como Maestro. ¿Qué puedes contarnos de esta experiencia? ¿Cómo fue tu relación con él, tanto como persona como compositor? ¿Qué anécdotas podrías contarnos de aquellos tiempos?
La experiencia global de haber conocido a Henry, haber podido pasar tanto tiempo a nivel personal y familiar cambió por completo mi vida, es difícil de explicar. Imagina lo que habría supuesto irte de vacaciones con Puccini, sentarte con él fumando cigarros mientras hablabas de música o simplemente de situaciones cotidianas, de comida... así describiría yo lo que sentí junto a un compositor como Henry Mancini.
Entré en contacto con Hank a través de su hija Felice y su hijo Chris, ambos eran buenos amigos, y de hecho Felice fue mi pareja durante 8 años. A pesar de que ella y yo rompiéramos, él continuó manteniendo su contacto conmigo, para todas las preguntas que le pudiera plantear, e incluso trabajando con él o atendiendo a sus sugerencias y consejos.
Durante el tiempo que fui parte de la familia, estudié sus scores, su estilo de dirección, sus orquestaciones. Todo ello me dio un conocimiento extraordinario no sólo sobre su obra, sino sobre la música de cine en general. Al mismo tiempo, trabajé como cantante con él en muchas de sus películas de los 80, estando presente en el proceso de elaboración de las mismas.
Henry fue uno de las grandes personas de verdad que uno podría conocer durante su vida. Un genio no sólo en la música, sino por la manera en la que disfrutó de las cosas buenas de la vida. Recuerdo estar sentado junto a Felice y él, y enfrente nuestra a gente como James Stewart, Milton Berle, Blake Edwards o Julie Andrews. Conocí a Pavarotti cuando Henry trabajó con él. De hecho, no recuerdo ninguna sola situación junto a Henry que no fuera un evento especial o extraordinario.
Él además te presentó a otra leyenda como Lalo Schifrin. ¿Qué recuerdas de tú experiencia trabajando con él?
Fui muy afortunado de poder conocer a Lalo en tiempos en que los sintetizadores y otros aparatos electrónicos iban copando el mercado del cine y la televisión. Así, debido a mi experiencia en ese campo, colaboré con él arreglando y programando dichos equipos. Así, trabajamos en importantes películas y otros proyectos para televisión. Fue una época en la que yo al mismo tiempo buscaba experiencia trabajando con algunas de las mejores orquestas del mundo que estaban aquí en Los Ángeles.
Lalo es un compositor con un estilo único, que ha aportado una visión del jazz inimitable. Trabajar con él me aportó un conocimiento muy profundo de la armonía y el lenguaje de la composición musical.
Pusiste música a dos películas del legendario productor Roger Corman, incluyendo la mítica “Dance of the Damned” dirigida por Katt Shea. ¿Qué recuerdas de esta colaboración? ¿Qué podrías contarnos acerca de este score?
Es evidente que muchos compositores y directores, han “echado los dientes” en el estudio de Corman. Katt Shea era una extraordinaria y joven directora de enorme talento, que exprimió al máximo los lógicos límites que tenía el estudio para hacer una preciosa y artística visión de “Dance of the Damned”. Un film que nos presenta una confrontación muy singular, una visión muy moral del binomio: vampiro y víctima.
Lo mejor de este proyecto, es que era muy pequeño, lo cual me permitió trabajar a mis anchas, aunque siempre dentro de la visión de Katt (muy amplia por cierto).
“Dance of the Damned”, fue la clave para mi segunda colaboración con Corman y Katt, en concreto participar en su secuela “Stripped to Kill”. Tuve entre 3 y 4 semanas para escribir la música, casi al mismo tiempo que el film se terminaba de rodar.
No mucho tiempo después, trabajaste intensamente con el director Andy Sidaris en films de alto contenido erótico como “Hard Ticket to Hawai”, “Savage Beach” and “Picasso Trigger”, películas que contrastan con una trayectoria bastante conservadora, con 20 años trabajando para la ABC Sports y ganando numerosos Emmys. ¿Qué puedes contarnos de él, de esta experiencia en general….?
Aunque, es cierto que Andy fue el director y guionista de aquellas películas, yo con quien más trabajé fue con su mujer y productora: Arlene. Estas películas fueron planificadas con rodajes muy cortos y escaso presupuesto, lo cual provocó que tuviera que adaptarme a esas vicisitudes, y consiguientemente que tuviera mucha libertad para hacer lo que quisiera pues yo era el gestor de los medios.
Nunca pensé que esas películas volvieran a ser vistas, pero me equivoqué, pues aún son emitidas tanto en Showtime como en HBO.
Estas películas acaban de ser editadas en DVD, pero a mí todavía no me han enviado una copia, y eso es algo que me encantaría. Así que, Arlene: Sí estás leyendo esto ¿Qué tal si tuvieras un detalle con tú antiguo compositor?
1990 fue un año muy importante para tí. Entonces conociste al duo Penn & Teller, que han tenido una década llena de éxitos, y con quienes has trabajado en su último y aclamado trabajo: “Penn & Teller: Bullshit”. ¿Qué puedes contarnos de esta colaboración?
Sí, tras conocer a Penn & Teller, puedo asegurar que comenzó otro nuevo episodio en mi vida. Ellos son artistas que suelen interpretar shows en directo llenos de sorpresas, una arte que busca la expresión en el público del “¡Ohhh ,mira eso!. Todo un espectáculo.
Ellos siempre esperaron de mí que mi música ayudara a la gente a permanecer sentada y a mostrar atención a su show. Y eso es lo que he buscado, escribiendo dinámicos y ricos pasajes musicales. Reconozco que he sido muy afortunado de formar parte de un equipo tan creativo.
Ahora, y tras “Bullshit” ya estoy componiendo la música de su próximo show para la NBC: “Penn & Teller: Off the Deep End”, con escenas submarinas absolutamente espectaculares protagonizadas por grandes especialistas, y grabada enteramente en las Bahamas.
En 1999 recibiste una nominación a los Emmy por la música para uno de sus shows: “Penn & Teller´s Sin City Spectacular”. En el mismo año, fuiste contratado como director musical de la ceremonia de los Emmy. ¿Cómo te sentiste interpretando roles tan diferentes: compositor, director de ceremonia en vivo, estrella nominada…?
En lo que respecta a “Sin City Spectacular”, me sentí igual que como se habrían sentido Sammy Spear o David Rose (ellos fueron los directores musicales del “Jackie Gleason Show” y el “Red Skelton Show” respectivamente). La oportunidad de escribir y dirigir música para un espectáculo de variedades de más de una hora de duración, con arreglos de los temas musicales que abrían el show para cantantes y bailarines, fue como un sueño hecho realidad. Y con todo, nosotros hicimos 24 episodios, grabados todos en Las Vegas, la verdadera “Ciudad del Pecado”.
Cuando la nominación fue anunciada me sentí especialmente afortunado, sobretodo porque fueron momentos un poco tristes ya que la cadena había decidido apostar por una programa más barato como “The X Show”. Pensé que esta nominación les haría cambiar de parecer, pero no fue así.
¿Cual es tu punto de vista sobre este tipo de premios, sobre los Oscars, Globos de Oro y demás? ¿Qué es lo que piensa un compositor de música de cine sobre ellos?
Los premios están genial siempre que los ganes. Las nominaciones también están muy bien. En realidad todo esto es bienvenido siempre y cuando ayude a tu carrera, a que la gente te conozca. Para mí eso es lo más importante.
Otro de tus trabajos más conocidos es la música para la serie “Sabrina”. ¿Qué puedes contarnos de este proyecto? ¿Cómo es trabajar con tantos directores, tantas formas de concebir la realización de un episodio protagonizado por los mismos personajes y con una historia base?
En “Sabrina” trabajé muy estrechamente con el maravilloso guionista y productor Nell Scovell. En realidad, la música se basa en un tema central repetido en cada episodio, aunque eso sí, con numerosas variaciones. Yo siempre trataba de cambiarlo. Fue muy divertido.
Uno de tus últimos trabajos ha sido una de las películas más escatológicas de la historia: “The Aristocrats”. Dirigida por Paul Provence, fue presentada en el Festival de Sundance este mismo año, y ha obtenido una gran éxito. ¿Cuáles son tus impresiones sobre este proyecto?
“The Aristocrats” es toda una celebración del discurso libre de la libertad artística, una mirada al interior de grandes comediantes. Pero al mismo tiempo es la película más sucia que verás jamás, o mejor dicho la película más divertidamente sucia que vas a ver nunca, aunque no sabría explicarte muy bien porque…
Yo siempre he sido un gran defensor de la libertad artística, de la ausencia de reglas, especialmente cuando vienen de sectores gubernamentales o religiosos. La película avisa claramente que no es para niños y que es obscena, así que una vez hecho el aviso nada más queda por decir.
Por supuesto, todo está exagerado, pero está película es para personas que piensan que su sentido del humor no debe ser dictado por “Semi-Dioses”. Es arte, y en este medio el arte puede ser presentado con un lenguaje muy fuerte.
Me siento muy orgulloso de haber sido parte de este proyecto. Paul Provenza ha hecho un trabajo sorprendente.
¿Cómo te viste involucrado en este proyecto? ¿Cómo es la música? ¿Qué recuerdas del proceso de producción de la película y el score?
Nosotros buscamos numerosas vías para incorporar la música y al final encontramos una. En concreto en la escena final, durante los últimos 8 minutos de duración. Una forma de despedida de los comediantes. Una escena donde estos aparecen pintados y desnudos en la calle; ahí no hay espacio para nada más, salvo para la música.
Pensamos que necesitamos un estilo musical que pudiera reflejar el espíritu inherente a cada broma, así que tendí hacía el jazz, y más específicamente hacia el influjo de Miles Davis, Oliver Nelson, Thelonius Monk. Su ritmo, armonía e improvisación son la base de mi score.
Mi elección de solistas fue también una parte muy importante. Conseguimos a los mejores interpretes de jazz que pudimos, para remarcar que los cómicos de la película estaban en el punto más alto de sus carreras. Tuvimos suerte al poder contratar a gente como Alan Pasqua, Ralph Humphrey, Ken Wild, Bob Sheppard y Clay Jenkins. Ellos hicieron exactamente lo que yo quería. Lo que yo buscaba.
Penn Jillette es uno de tus más habituales colaboradores. ¿Qué puedes contarnos acerca de tú colaboración con él en el tema de “Bullshit!”?
Bien, lo único que puedo decir es que a él le gusto el tema desde la primera vez que lo toqué para él. No puedo más que estar agradecido a Penn y Teller por esto y mucho más. A ambos les respeto no sólo como artistas sino también como personas.
“Bullshit!” fue una idea que ellos habían tenido desde hacía mucho tiempo, y para ellos verla hecha realidad fue una culminación vital.
Entre tus créditos, nos encontramos numerosos roles artísticos, así aparte de compositor eres arreglador, director musical, cantante y letrista. Además de para el cine y la televisión has trabajado en el campo del pop, tocando el teclado en “The Brian Setter Orchestra” y escribiendo canciones para artistas como Angela Bofia y Roberta Flack. ¿Es muy difícil pasar de una actividad a otra, de un rol a otro?
Yo siempre digo que uno necesita ser siempre un “blanco móvil” dentro del negocio. La verdad es que me encanta pasar de un género a otro, de un estilo a otro. Me da energías y me ayuda a tener ideas frescas. Odio escribir sólo un determinado tipo de música.
Si soy contratado para hacer algo, lo hago. Mi trabajo es la música, y cuanto más duro y difícil es, más divertido me parece. No todo el mundo tiene la misma suerte o piensa igual que yo a este respecto.
También participaste como solista y actor en el clásico de la television “Cop/Rock”, con una de tus escenas recientemente emitida en el programa del canal VH-1´s: “100 Greatest Rock ‘n’ Roll Moments on TV”. ¿Te gustó esa experiencia? ¿Cómo te involucraste en ella? ¿Lo repetirías?
Actuar, es algo que siempre quise hacer en algún momento de mi vida. Sin embargo, para conseguir éxito hay que tener un don que creo sinceramente que no tengo, así que pienso invertir mi tiempo en otras actividades. Eso sí, si alguna vez alguien me lo ofreciera de nuevo, pienso que aceptaría. Sería divertido.
En ese episodio que comentas, interpretaba al dueño de un gato que tenía cierto aire con Ersnt Stavro Blofeld, el malo de James Bond. El gato de hecho era el mismo persa blanco de las películas en cuestión (recuerdo que se llamaba “Shithead”).
Eres también miembro del famoso grupo de rock de Los Angeles “The Jenerators”, en la que también tocan, entre otros, los actores Bill Mumy y Miguel Ferrer. ¿Qué puedes contarnos de este grupo?
Me encanta escuchar todo tipo de música, y sobretodo tocar en numerosas bandas. “The Jenerators” llevan juntos muchos años, y de hecho en breve sacarán a la venta un nuevo album (http://www.jenerators.com). Lo mejor de tocar en este grupo, es hacerlo rodeado de amigos como Billy, Miguel y David Jolliffe (también actor).
Actualmente, yo también estoy creando mi propia banda. Sobre la misma hay más información en mi website: http://www.stockdalesound.com.
Recientemente me he incorporado también al grupo de Vance DeGeneres: “The Famous Pies” (http://www.thefamousepies.com)
Acabas de terminar una comedia para Oxygen Network, titulada “Good Girls Don´t”. ¿Qué puedes contarnos de este proyecto?
La música es basicamente un rock muy contemporáneo, que he tenido que adaptar a la estética de "Misión Imposible" debido a las necesidades del capítulo. La serie es muy buena y Claudia Longo, la directora es brillante. Espero que todo salga bien.
Habitualmente, ¿Qué es lo que sueles escuchar? ¿Cuales son tus principales referencias musicales?
Anteriormente te hablé de Weill y Mancini. Además me encanta el trabajo de Hindemith, Steve Reich, John Adams, The Beatles, Bob Dylan, Stevie Wonder, Donny Hathaway, Thelonius Monk… la lista podría seguir y seguir.
Trato de escuchar todo tipo de música. La música suele evolucionar de generación en generación. Creo que siempre a mejor, y actualmente estamos en muy buenos tiempos musicalmente hablando. Hay mucho por descubrir.
Muchas gracias por tu amabilidad al concedernos esta entrevista. Te deseamos lo mejor para el futuro.
Agradecimiento Especial: Tom Kidd (Costa Communications)
Traducción: Pablo Nieto
20-octubre-2005
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