Natural de Chicago, Alex Wurman es un apasionado de la música, en especial de todo tipo de experimentación con la misma. Un compositor que representa a la perfección un eclecticismo sonoro, en él que se siente muy a gusto.
Esto explica, porque es muy difícil situar a Wurman en un estilo determinado. Muchos le verán con recelo cuando sepan que es hijo del pionero en el manejo de los sintetizadores Hans Wurman, y ya no digamos cuando hablemos del otro Hans que ha influido en su vida: Hans Zimmer.
Actualmente, Wurman se siente a gusto trabajando en films “independientes” y experimentales como “Confessions of a Dangerous Mind”, comedias alocadas de Will Ferrell como “Anchorman” o “Hig, Wide and Handsome”, extrañas comedias de Ron Shelton “Play it to the Bone” y “Hollywood: Departamento de Homicidios” y sobretodo documentales como “El Viaje del Emperador”; el que posiblemente sea el trabajo que le ayude a subir un escalón más en su carrera dentro del campo de la banda sonora. Una carrera a tener muy en cuenta.
El equipo de Scoremagacine agradece tú deferencia por concedernos esta entrevista.
Nos gustaría comenzar hablando de tú formación musical, y sobretodo de las motivaciones que te impulsaron a dedicarte a la música de cine, de tus influencias musicales principales
Crecí en el seno de una familia muy musical, en Chicago. Comencé a tocar el piano desde muy pequeño. Mi padre tenía un estudio de grabación y mantenía relación con Robert Moog (el tenía el Modular System number 2. Walter Carlos tenía el number 1).
Allí ellos se reunían e innovaban con toda esa tecnología, al tiempo que mi padre aportaba su formación clásica. Hicieron grabaciones asombrosas, y de hecho, mi padre realizó algunas de ellas con la RCA. Él leía scores como “El Cascanueces” o trabajos de Chopin, y luego los ejecutaba perfectamente con el módulo electrónico, que se encargaba de sincronizar los tempos y el dinamismo de la música. Fue muy constante a la hora de crear música con el mismo sentimiento que la música orquestal, pero usando un sintetizador (el primer sintetizador) para hacerlo.
Mi padre además fue un estupendo pianista, y junto a mi hermano (que es un magnífico celista, que incluso ha estudiado con Jacqueline duPre) tocaban maravillosas piezas en la casa. Piezas como la sonata para cello de Shostakovich o la de violín de Cesar Franck.
Yo estudié trompa durante ocho años, pero luego me centré en el campo del jazz contemporáneo, como pianista. Toqué funk y blues en los ghettos de Chicago, durante el High School. Rondando la treintenta, dirigí de nuevo mi mirada al mundo clásico, y actualmente estoy yendo en esa dirección.
Como té iba diciendo, después de estudiar en Chicago, desarrollé una carrera en el mundo de la publicidad. Hice varios spots, lo cual me ayudó a tomar conciencia de lo que era escribir música para imágenes. Supe que ahí estaba mi futuro, de hecho mi padre ya había trabajado en el pasado en ese campo y no le había ido nada mal, sobretodo spots para industrias. De hecho, disfruté mucho trabajando para los anuncios de Motorola. Eran realmente buenos.
Recuerdo que vi “Star Wars” unas cien veces cuando era niño y nunca me dí cuenta de que mi futuro estaba ahí. Pronto vería que la composición para el cine era lo que quería hacer por muchísimas razones. En principio, es mucho mejor cuando hay una fecha tope para terminar un trabajo. Yo estoy seguro que si siguiera en el mundo de la música en general, nunca habría terminado nada. La presión que te confiere este oficio te motiva. Una presión que no la hay en ningún sitio.
Tiempo atrás trabajaste con Hans Zimmer, ¿Cómo fue esa colaboración? ¿Qué recuerdas de esa experiencia?
Colaboré con Hans Zimmer antes de que el hiciera “El Rey León”. Él estaba en su viejo estudio llamado Wilder Bros., en Santa Mónica Blvd. Era pequeño pero acogedor. Un lugar donde se intercambiaban muchas emociones. El hacía todo su trabajo allí y yo daba todo lo que podía ofrecer, sugiriéndole ideas que le ayudaran a liberar su imaginación en una u otra dirección. Fue algo más que una simple amistad. Allí trabajamos en varios proyectos juntos. Aprendí un montón de él antes de emprender mi carrera en solitario.
¿Hay algún estilo de composición que pienses que se adecua mejor a tú personalidad o prefieres experimentar?
Me gusta ser espontáneo. Realmente suelo situarme dentro del campo romántico de la música melódica; pero no romántico en el sentido tradicional, sino destacando la melodía y el sentimiento. Eso es lo que realmente me gusta. A veces me veo movido, por una razón u otra, a poner esto dentro de un contexto musical contemporáneo, tratando de provocar un sentimiento de separación, represión, discreción... música indirecta por así decirlo. Estas son cualidades que al final han de ser usadas en la música de cine. Y eso es a fin de cuentas lo que yo hago.
Centrándonos ya en tú último trabajo, “El Viaje del Emperador”, ¿Cuál es tú opinión acerca de la película? El público ha quedado impresionado por el perfecto equilibrio entre los poderosos efectos especiales y la emocionante historia de amor...
Hay sorprendentes efectos y también hay una historia. Mi opinión es que la película es tan maravillosa porque es muy real y está muy bien hecha. Las localizaciones utilizadas para rodar y los animales que ellos filmaron, son realmente interesantes. Jean Luc Jacquet tuvo una gran idea con este film, y yo estoy muy contento de haber sido parte de ella.
¿Qué diferencias hay entre la banda sonora de la versión americana con la de la versión francesa? ¿Cuál de estas dos recomendarías ver primero al espectador?
Esta es una buena pregunta, aunque creo que se debería ver la primera que puedas, no podría recomendarte en concreto ninguna.
La versión francesa es mucho más pop, más actual. La americana es un poco más clásica.
Es de dominio público tú satisfacción con el resultado final de este score, sin embargo, nos gustaría saber si hay algún momento de la partitura del que te sientas especialmente satisfecho
Realmente de lo que estoy satisfecho es de la calidad global del score. Aún así, hay una parte de la película que me encanta. Un espacio que representa el regreso final de la madre. La música empieza cuando la madre está caminando a través de la oscuridad. Luego el sol comienza a salir y es entonces cuando nosotros comenzamos a ser conscientes de lo que significa ser padres y como ellos pueden dar de comer a sus crías una vez, antes de que las madres vuelvan a casa. La música retrata la tensa espera, y en el tono general de la música hay una gran carga de redención emocional.
Son unos uno minutos de secuencia. Me encanta el final de la secuencia, cuando la redención ha culminado. Y es por tanto, si tengo que elegir algo de lo que esté realmente orgulloso, esta es la parte que más satisfecho me dejó.
¿Habías trabajado con anterioridad en el género del documental o “El Viaje del Emperador” ha sido tú experiencia en este campo?
Trabajé con Percy Adlon en un maravilloso documental que él hizo en 1996 llamado “The Hotel Adlon”, que nos contaba la historia del Hotel Adlon en Berlin. Un hotel situado en la parte este de la ciudad, cerca de la puerta de Bradenburgo, y que previamente a su remodelación sirvió de refugio a Hitler y Mussolini, quienes conspiraban en los pasillos y habitaciones, del por aquel entonces uno de los hoteles más modernos y lujosos de la época. Es una historia fantástica, y a pesar de la duración del documental nunca tuvo un estreno cinematográfico.
¿Cómo te viste involucrado en el proyecto de “El Viaje del Emperador"? ¿Trabajaste directamente con el director y el resto del equipo, o fue más bien un trabajo de estudio y en solitario?
En este caso, no hubo interacción entre director y compositor, como suele ser habitualmente, sino que fue más una colaboración de estudio.... pero genérico.
Cómo no había un director en sentido estricto, y si muchas personas involucradas en el proyecto que entraban y salían del mismo muy rapidamente tan pronto terminan su labor, nosotros basicamente estábamos allí todos juntos y tratabamos de dedcidir en conjunto que era lo que teníamos que hacer. Entre aquellas personas estaban Mark Gill, que fue quien me contrató para el proyecto, Jordan Roberts, autor de la narración y que realizaba su trabajo al mismo tiempo que yo el mío; y Adam Leipzing de National Geographic encargado de dar una visión romántica de la historia.
¿Tuviste libertad creativa en este proyecto o recibiste indicaciones concretas de cómo debía ser la música? ¿Por qué decidiste finalmente realizar una aproximación romántica de la historia con el score?
Tuve total libertad creativa. No había temp tracks, y tampoco me obligaron a guiarme por el score precedente y posteriormente rechazado de este film. La idea de los productores era seguir un camino diferente, así que me dieron total libertad para hacer mi trabajo.
Fui un afortunado, porque a la mayoría de los compositores no se les permite realizar cambios sobre la marcha, pero a mi me benefició mucho que al mismo tiempo que yo componía la música, se fuera editando el film. Podía trabajar al mismo con los responsables de los efectos de sonido, adaptándome a su labor y al mismo tiempo influyéndoles a ellos en la suyo.
La aproximación romántica de la historia, fue lo único que me inspiró el score al que yo sustituía.
¿Cual es tú opinión acerca del género documental y que diferencias hay de escribir para este campo, con relación al de una película en sentido estricto? A este respecto, hay voces que opinan que un documental nunca debería llevar música puesto que se correría el riesgo de condicionar al público y obligarles a adoptar un camino emocional determinado, en vez de limitarse a mostrar la realidad tal y como es, de una manera neutral...
Esta película es especial. Yo amo este tipo de películas porque están basadas en la realidad y tienen una naturaleza positiva en si mismas. No son destructivas.
Es realmente inspirador escribir música para un proyecto como este, sobretodo porque esa inspiración proviene de una belleza muy pura. Es todo un honor porque te sientes como que te han dado la oportunidad de representar musicalmente todos los sentimientos provenientes de una historia que normalmente no suele contarse.
Una vez le pregunté a Spike Lee si los documentales eran objetivos, y te puedes imaginar la respuesta que obtuve de él. Los documentales no son positivos, pero eso no significa que debas criticar a alguien por hacer algo que glorifique una visión positiva de la historia.
Uno de tus grandes éxitos fue “Confesiones de una Mente Peligrosa”, ¿Cómo te viste involucrado en este film? ¿Qué recuerdas de esta experiencia?
Entré a trabajar en este proyecto, porque los responsables del mismo habían tenido problemas con el primer compositor contratado. Tenía un amigo en la producción, y fue él quien me dio la oportunidad de arreglarles el problema; y eso fue lo que hice. Después de eso me involucré en el proyecto y ellos fueron experimentando con mi música.
El proceso de composición de esta partitura está plagado de anécdotas. Una de ellas es que cada una de las piezas que compuse, la interpretaba un grupo diferente de música.
Para mí fue una gran experiencia poder trabajar con Sam Rockwell porque pienso que es uno de los actores con mayor proyección que hay en la actualidad.
Otra anécdota curiosa a este respecto, fue una que me ocurrió con George Clooney, cuando este venía a mi casa en su gran moto india. Él me llamó cuatro bloques antes de llegar porque se había perdido, y andaba desorientado preguntando direcciones a todo el mundo. Te juro que podía escuchar el ruido de su moto dando vueltas alrededor de mi edificio, yendo y viniendo. ¡Estaba realmente perdido! Fue muy divertido (risas).
En tú filmografía también nos encontramos “Hollywood Departamento de Homicidos”, un film protagonizado por Harrison Ford y Josh Harnnett. ¿Qué experiencias tienes de este trabajo? ¿Cuáles fueron las principales influencias de tú música?
Mis influencias en este score fueron Stravinsky, Shostakovich y Gershwin. Aunque también había algo de pop, muy difuminado, junto a un poco de funky tamizado.
Colaborar con Ron Shelton en este film fue genial. Ron es un tipo maravilloso y mi “héroe” en este film. Me dio una gran oportunidad con esta película. Fue realmente una grata experiencia componer una música tan divertida.
Otra película en la que has trabajado es “Anchorman”. ¿Cómo entraste a formar parte del equipo de este film? ¿Qué recuerdos tienes del proceso de creación de este trabajo y cual es tú opinión del resultado final?
Mientras se estaba rodando ”Anchorman”, llegó a mis manos el guión y me gusto tanto que hice todo lo posible por hacerme con el. Así, tuve la suerte de que Hal Willner, supervisor musical de “Confesiones de una Mente Peligrosa”, estaba también en este proyecto, así que le sugirió mi nombre al director Adam McKay, quien me contrató tras nuestra primera entrevista.
Recuerdo que durante la composición de este score no paré de reírme en ningúnmomento. Aunque hubiera 85 músicos interpretando la música, yo no podía parar de reírme. Fue todo divertimento de principio a fin. Mi opinión final sobre la película, es que hice lo que el film requería y sobretodo gané muchas amistades.
”13 Conversations About one Thing” es un trabajo muy atmósferico, oscuro, difuso, construido en torno al piano y otros instrumentos como la caja de música, el xilofón, el glokenspiel, arpas y vientos madera. ¿Cómo concebiste esta partitura realmente?
Esta era una película que requería música que ayudara a captar la esencia de los diálogos, un vehículo secundario que en ningún momento sobresaliera de la pantalla, pero que al mismo tiempo ayudara a trasladar la ambientación de un lugar a otro, manteniendo la cohesión. La música aquí es como el cemento para un edificio.
Aunque pueda sonar pretencioso, el director y yo a veces describimos este score tomando la perspectiva de Dios. Dios podría entrar en escena provocando que la historia cambiara de un segmento a otro dependiendo de lo que él quisiera. Los giros, las situaciones inesperadas, todo eso tiene cohesión gracias a la música.
Entre tus últimos trabajos encontramos la película “A Lot Like Love”, dirigida por Nigel Cole y escrita por Colin Patrick Lynch. ¿Qué puedes contarnos de este film y de la música del mismo? ¿Habrá una edición oficial del mismo?
No tengo ni idea de si se ha editado un disco de canciones. El score te puedo decir que no.
La verdad es que disfruté mucho trabajando con Nigel. Ambos tenemos un sentido del humor muy condicionado por nuestras raíces británicas, y por lo tanto muy parecido. Él fue extremadamente respetuoso conmigo. Lo pasé bien asumiendo mi rol en esta película, o sea escribir la música pero teniendo en cuenta su opinión. Volveremos a trabajar juntos, eso seguro.
¿Hay algún género o estilo de película que te gustaría tratar? ¿Cuál es tú proyecto soñado? ¿Trabajar quizás con algún director en especial?
No hay ningún proyecto en concreto que pueda destacar. Tengo bastantes imágenes en mi mente relacionadas con ideas musicales que me gustaría aplicar a algún proyecto. Así que lo que me gustaría es encontrar el proyecto ideal para usarlas.
En el futuro espero poder participar en alguna película de corte romántico o dramático y poder usar armonías frescas y modernas al tiempo que crean un aire adecuado de tensión, pero no una tensión cualquiera, sino con un fundamento correcto y cierta originalidad.
Hay algún score en concreto de otro compositor o películas que hayas disfrutado ultimamente? ¿Qué tipo de música sueles escuchar habitualmente?
He disfrutado mucho con “Olvídate de Mí”. Me encanta Job Brion. Cuando alguien me pregunta por mis scores favoritos, yo siempre destaco dos: “La Misión” de Morricone y “Unstrung Heroes” de Thomas Newman. Es difícil encontrar algo que me haya impactado más.
Con relación a la segunda pregunta te diré, que mi pieza favorita de música, que además suelo escuchar con asiduidad es el “Réquiem” de Gabriel Faure.
¿Qué puedes contarnos acerca de tus otros trabajos? ¿Qué destacarías? ¿Qué recomendaciones harías a los aficionados?
Parte de la estrategia que he estado aplicando al tiempo que desarrollaba mi carrera es protegerme a mi mismo de ser encasillado. La gente se siente a gusto contratandome para hacer cosas cuando no habían oído hablar de mí antes, y yo he tenido la oportunidad de hacer cosas que tampoco había hecho antes. Esta es una de las razones por las que he escrito un score orquestal con bluegrass para “High, Wide and Handsome”.
Lo que suelen decir mis amigos que conocen mi música, es que ellos pueden detectar mi estilo en cada uno de mis trabajos pero el mismo es siempre diferente de uno a otro. No sé que quieren decir realmente, pero es así. Imagino que debe ser algo relacionado con mi línea rítmica, melódica y armónica. Esta es siempre la misma... lo que cambia es la construcción, aunque no la forma de usar los materiales.
¿Qué puedes contarnos acerca de tús proyectos futuros? ¿Algo nuevo confirmado?
Acabo de hacer “High, Wide and Handsome”, que es una película ambientada en la NASCAR y protagonizada por Will Ferrell. Muy, muy divertida. Lo otro que puedo decirte es que con toda seguridad trabajaré en breve en un drama independiente.
Mi único consejo es que si quieres conocer mi estilo, deberías escuchar todos mis trabajos.
Muchas gracias por tan magnífica y agradable entrevista. Nuestros mejores deseos para el fúturo.
Agradecimiento especial a Tom Kidd (Costa Communications) por haber hecho posible esta entrevista
Traducción: Pablo Nieto
24-agosto-2005
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